Hace unos meses conocí la historia de una empresa familiar que llevaba más de 15 años en el mercado. Dos socios la habían levantado desde cero: esfuerzo, sacrificios, noches sin dormir y, finalmente, el reconocimiento de sus clientes. El negocio estaba en su mejor momento… hasta que llegó lo inesperado.
Uno de los socios, el encargado de la parte operativa y de las relaciones con proveedores, falleció repentinamente.
El vacío no solo fue emocional: la empresa perdió contratos, clientes y credibilidad en cuestión de semanas. Las operaciones se frenaron, y el socio sobreviviente tuvo que absorber deudas y responsabilidades sin tener la capacidad de sustituir la experiencia y contactos de su compañero.
El resultado fue devastador: pérdidas superiores a 2 millones de pesos. Todo lo que habían construido durante años se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos.
El error que muchos empresarios cometen
La mayoría de los dueños de negocio piensa en proteger sus oficinas, su maquinaria, sus inventarios… pero olvidan proteger lo más valioso: las personas que hacen que el negocio funcione.
Cuando un socio, directivo o colaborador clave falta, la empresa entra en una crisis que no se soluciona con “buena voluntad”. Se necesitan recursos para contratar talento de reemplazo, mantener el flujo de efectivo y evitar conflictos entre socios o con la familia del socio fallecido.
La solución que pudo evitar la pérdida
Existe un instrumento diseñado precisamente para estos casos: el Seguro Hombre Clave.
Con este plan, la empresa recibe una suma asegurada en caso de fallecimiento o invalidez de una persona clave. Es un respaldo financiero que permite mantener operaciones, pagar deudas, comprar la parte del socio que falta o simplemente garantizar que la empresa no se hunda por un evento inesperado.
En el caso de aquella empresa, un plan de Hombre Clave habría evitado la pérdida de millones, y sobre todo, habría protegido el esfuerzo de toda una vida.
La historia que acabas de leer no es única. Cada semana, empresas grandes y pequeñas enfrentan crisis por la pérdida de una persona fundamental. Algunas sobreviven con años de recuperación; otras simplemente desaparecen.
Conoce el plan diseñado para proteger la estabilidad y continuidad de tu empresa ante la ausencia inesperada de una persona fundamental.
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